Pescado y consumo de Omega-3
“Hay que consumir pescado porque es bueno para la salud del corazón”.
Esta es una recomendación común en salud, ¿la razón? el contenido de ácidos grasos omega-3. El omega-3 es un ácido graso poliinsaturado considerado esencial para el cuerpo humano, que previene enfermedad cardiovascular - al menos in vitro ha demostrado propiedades antiinflamatorias, antitrombóticas y antiarrítmicas - .
El nombre deriva de su estructura química en referencia a la cantidad de carbonos al final de la cadena. El nombre hace referencia a una familia, al igual que los ácidos grasos omega-6. Dentro de los ácidos grasos omega-3, el EPA y el DHA son de particular interés, debido a que el cuerpo los produce en cantidades limitadas, pero se encuentran de forma abundante (¿adivinen?) en los aceites de ciertos pescados.
Su consumo está asociado - casi inversamente proporcional - con la incidencia de infartos y derrames; es decir, entre mayor su consumo, menor la probabilidad de tener enfermedad cardiovascular. Los investigadores del tema tienen la teoría que los ácidos grasos EPA y DHA brindan este beneficio porque como son altamente insaturados, al juntarse en las membranas celulares, disponen del espacio celular de una manera que afecta directamente la estructura y las actividades de las funciones de los tejidos promoviendo la salud de los mismos.
Pero entonces, ¿qué hacemos en la alimentación que no incluye pescado? Lo que debemos hacer es incluir los alimentos de origen vegetal fuente de omega-3 para asegurar el aporte requerido de EPA y DHA, tanto para prevenir la enfermedad cardiovascular, como para no afectar los procesos en los que estos ácidos grasos participan activamente.
Como el ácido alfa-linolénico (ALA) es el precursor del EPA y el DHA, la ingesta recomendada es de ALA: 1.1 gramos para mujeres y 1.6 gramos para hombres. Estos son los alimentos de origen vegetal fuente de ALA*:
Aceites (contenido de ALA por una cucharada):
Aceite de Canola 1.28 gramos